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José Àngel Sánchez Asiaín incidió en los «déficits estructurales» que padecen los países de la Unión Europea frente a Estados Unidos y Japón en la capacidad de generación de nuevas tecnologías, su investigación (I+D) y posterior aplicación, en el transcurso de la conferencia «El reto tecnológico» que pronunció anoche ante un abarrotado Claustro de San Antoniet, sede palmesana del BBVA, invitado por el Club Última Hora. En una ambiente de gran expectación, el presidente del foro de opinión y debate de este diario, José Antonio Segurado, presentó a Sánchez Asiaín como una personalidad relevante y un «referente ético, capaz de conjugar el mundo de las altas finanzas y la vida social con el de la solidaridad», indicó. «Nuestro club se honra de tenerte esta noche con nosotros», dijo Segurado, antes de ceder la palabra al presidente de la Fundación BBVA.

«Permítanme que antes de desarrollar mi intervención de esta tarde, sobre una cuestión de rabiosa actualidad, como el reto tecnológico que tiene planteado Europa, y especialmente España, exprese mi agradecimiento al Club Última Hora por la permanente atención que está prestando a tribuna de actualidad, y a su presidente, mi amigo José Antonio Segurado, por su invitación y por la magnífica contribución que está haciendo al desarrollo cultural y científico de estas Islas», dijo Sánchez Asiaín.

Añadió, entrando de lleno en su conferencia, que habían, a su juicio, dos realidades concretas sobre la cuestión que iba a abordar, y que estaban relacionadas con lo que denomina «paradoja europea» y la posición que ocupa España en el ránking de competitividad en los mercados globales. Sánchez Asiaín afirmó: «La expresión 'paradoja europea' se entiende perfectamente si se lee lo que la Comisión Europa nos dice en su 'Libro Blanco sobre Crecimiento, Competitividad y Empresa', que dice: 'Comparándolos con los de sus principales competidores, los resultados científicos de Europa son excelentes, pero en los últimos quince años sus resultados industriales y comerciales, especialmente en los sectores punta, se han 'deteriorado'. Añadiendo que 'la existencia de sectores donde los resultados científicos y tecnológicos son comparables, o incluso superiores, a los de nuestros principales competidores, pero en lo que nuestros resultados industriales y comerciales son inferiores o están en declive (y en estos consiste la paradoja), plantea la necesidad de que Europa mejore su capacidad de transformar mejor y más rápidamente el potencial científico y tecnológico en innovaciones rentables'.