Las asociaciones de vecinos que han creado la Plataforma Sant Jordi
i s'Aranjassa en defensa del Prat solicitarán la declaración de
zona acústicamente contaminada, como forma de evitar la
construcción de una nueva planta depuradora, que sustituiría a la
actual, constantemente averiada, y que trataría gran parte de las
aguas residuales de Palma. La decisión ha sido adoptada tras
conocer las conclusiones del estudio de impacto ambiental de la
nueva planta que ha encargado la empresa Dragados, adjudicataria
del proyecto, al que los vecinos han tenido acceso.
El informe es concluyente cuando afirma que la acumulación de
ruidos, malos olores y mayor presencia de mosquitos, efectos que
según el mismo conllevará la puesta en funcionamiento de la planta,
podrían provocar enfermedades físicas (tales como náuseas, dolores
de cabeza, etc.) y psíquicas entre los residentes en las
inmediaciones, detallaron fuentes del PSM, partido que, junto al
GOB, está integrado en la plataforma.
En efecto, el estudio considera que la ubicación prevista de la
planta estará afectada por vientos dominantes que llevarán los
olores directamente hacia las casas más cercanas. Además, añade el
informe, se crearía un ambiente propicio para la atracción de
mosquitos a la zona, lo que puede suponer un riesgo de transmisión
de algunas enfermedades, según la misma fuente.
En cuanto al ruido, calcula que su funcionamiento provocará
ruidos de hasta 80 decibelios durante el día y de 55 por la noche,
es decir, más de lo permitido.
Por todo ello, el análisis recomienda que la depuradora se
construya alejada al menos 2.000 metros de cualquier núcleo de
población, mientras que el proyecto prevé una separación de 500
metros. No obstante, reconoce que al tratarse ya de una zona
degradada el impacto será menos notable. Por último, recuerda la
existencia de yacimientos arqueológicos en las cercanías, que
deberán ser controlados durante las obras.
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