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Los jóvenes cocineros de la Escuela de Cocina y Hostelería del Institut Juníper Serra saben preparar exquisitos platos de la gastronomía mallorquina, o española en general; pero piensan que la cocina no entiende de nacionalidades, y por este motivo, desde el colegio Osbecksggmnasiet, ubicado en la localidad sueca de Laholm, han venido 16 compañeros, dispuestos a realizar un intercambio de recetas y conocimientos con los alumnos españoles. Al mediodía de ayer, la cocina de la escuela era un hervidero de guisos y de gente. Todos correctamente uniformados "de blanco y con altísimos gorros" preparaban exquisitos platos típicos de las cocinas sueca y española "en especial mallorquina". Paella valenciana, sopas mallorquinas, tumbet, serranos a la bilbaína y una enorme tortilla de patata, compartían escenario con una fuente de gravad lax, salmón marinado al estilo sueco, unos tomat strömming, arenques con tomate al horno, y helados de camemoro, fruta propia de los países nórdicos.

Ulf Boman y Llorenç Mayol, ambos profesores de cocina, piensan que es muy importante que los jóvenes trabajen para que la cocina se internacionalice. «Además, así se dan cuenta de que se puede cocinar, y vivir de ello, en cualquier parte del mundo».

Pero también hay que saber preparar bebidas, colocar los servicios en las mesas y atender al público. Julio Pérez es el profesor del área de servicios de restaurante. Sus alumnos, pulcros y uniformados, se encargaron de disponerlo todo. Y llegada la hora de la comida, alumnos e invitados se sentaron a las mesas. En la de honor, Else Marie Eriksson, cónsul de Suecia en Balears: «En las escuelas de hostelería se come muy, muy bien», afirmó la diplomática, que estaba acompañada por Miquel Martorell, director de la Escuela.