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Ruiz, de veintidós años, azafata de banco y mallorquina será la sustituta de Silvia Casado en la casa de «Gran Hermano». Silvia salió el miércoles de la semana pasada junto al gran amor de su vida, Israel Pita, un joven orensano al que conoció en la ya famosa casa de la Sierra de Madrid.

Las veintinueve cámaras y los sesenta micrófonos han traspasado el umbral de la casa de «Gran Hermano» para introducirse en millones de hogares españoles, que se han enganchado a un nuevo concepto de televisión, el concepto de espiar la intimidad. En todos los programas que se emiten los miércoles, Tele5 ha alcanzado cotas de audiencia inauditas si se tiene en cuenta que alguna vez «luchó» contra el fútbol.

Cuando el 23 de abril empezó el programa presentado por Mercedes Milá nada hacía presagiar que una concursante mallorquina tomaría parte en esa aventura. Los diez pioneros parecían muy seguros de estar ahí (en un recinto cerrado sin casi ninguna conexión con el exterior "sólo el confesionario", sin lectura y casi sin comida) durante tres meses para conseguir los veinte millones del botín.

De los diez ahora sólo quedan cinco, y no los ocho que deberían estar si las cosas hubieran transcurrido con total normalidad.
La primera en salir fue la «divai» María José Galera, una sevillana de tronío, que dejó a Jorge Berrocal, un soldado que estuvo en Bosnia de tan sólo 25 años, con el corazón «partío».

A partir de la salida de «Mari Jose»", a la que, dicho sea de otro modo, le han llovido las exclusivas" los acontecimientos se han precipitado.
Israel fue el segundo concursante nominado por el público. Su nuevo amor, Silvia, no dudó en acompañarle fuera de unos muros en los que no se encontraban muy cómodos por la presión a la que eran sometidos por una facción de participantes.

Nacho, el médico, salió por la grave enfermedad que sufría su padre y a Jorge Berrocal, el soldado, le pudo el amor por su «Mari Jose», a la que estaba cansado de mirar y besar sólo en fotografía y es que la carne es débil.

Mañana miércoles serán tres nuevos concursantes los que se integren en una casa en la que los otros cinco son viejos conocidos. No está del todo claro pero parece ser que esa noche habrá otra deserción: seguramente Marina hará las maletas para reencontrarse con su marido, Gustavo "que se ha adelgazado siete quilos" y los diez gatos que la pareja mantiene en su casa de Madrid.

Seguro que dentro de unos días, la cara de Mónica Ruiz, que por ahora es toda una incógnita, se convertirá en famosísimo y será objeto de programas especiales por parte de otros programas de televisión, como «La cosa nostra», de Andreu Buenafuente o «Crónicas marcianas», que contará con los comentarios de Boris Izaguirre.