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Corría el año 1952. Mario Cabré pasaba unos días de descanso en un hotel de Camp de Mar con una belleza del cine americano: Ivonne de Carlo. Planas, como siempre, no quiso perder la oportunidad de inmortalizar el instante y, raudo, fue en pos de la exclusiva fotográfica. El resultado no fue satisfactorio. Cabré, con la amabilidad que le caracterizaba, le pidió que no les fotografiase allí pero le citó al día siguiente en el trasatlántico 'Independence', donde se despediría de la bella. Ivonne de Carlo partía rumbo a América, tras gozar de noches de vino y rosas con el galán. Cuentan que fue «el animal más bello del mundo», Ava Gadner, quien le habló a Ivonne de las viriles aptitudes de Mario y le recomendó que viajara a Mallorca, donde él se encontraba, para comprobar que sus palabras eran ciertas. Recordarán, sin duda, que fue aquel mismo año cuando en los corrillos cinematográficos no se hablaba de otra cosa que del fogoso romance de Ava Gardner y el torero, actor y poeta Mario Cabré. El día en que Planas tomó esta foto, Mario Cabré estaba solo. Se hospedaba en el Hotel Alhambra "junto al Teatro Lírico" y paseaba por las calles de Palma. Acudió a «Casa Planas» de la calle Colom para recoger las fotos y recordar a la guapa moza, y Planas, como siempre, aprovechó para fotografiarle y hacerle confesar. Mario le reveló su amor por Ava, «partenaire» suya en Pandora y el Holandés errante, y de aquella conversación nació la amistad. Mi compañero tuvo la suerte de cenar con su madre y hermanas en la casa que tenían en el barrio de Gracia.