Ayer al mediodía en la mansión de Gran Hermano imperaba un clima tradicional, es decir, las muchachas "capitaneadas por una hacendosa Mónica, que sin duda domina la 'prueba del algodón'" arreglaban la cocina mientras ellos revoloteaban alrededor de la piscina. Al principio Iván se tumbó junto a Íñigo 'El Escatológico', pero cuando éste empezó a hurgarse con fruición por entre los dátiles de los pinreles, obervando después las cascarrullas con expresión de científico que acaba de operar a un paramecio, se metió en la piscina. Llegó el náutico Ismael y ambos se pusieron a cuchichear: «¡La peste que echa ese tío! ¡Los 'peos! que se tira, joé'; porque resulta que Íñigo es una persona muy abierta, es decir, que vierte al exterior todo tipo de detritus, vientos y jugos, sin el menor rubor.
Se masca la tragedia
Los concursantes, aliados contra Íñigo, que ama con fervor sus propias heces
31/05/00 0:00
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