Más de tres mil personas celebraron ayer la XIX subida del enfermo al Santuario de Lluc que organiza anualmente la delegación diocesana de Pastoral de la Salud.
Por primera vez acudieron al lugar enfermos procedentes de las islas vecinas. Eivissencs y menorquins se unieron a los mallorquins para asistir a partir de las once y media de la mañana a una ceremonia religiosa oficiada por el obispo de Mallorca, monseñor Teodor Úbeda. Hubo ofrenda floral y el canto de los blavets, «que con sus voces nos acercan al cielo», explicó Teodor Úbeda.
Tras la ceremonia, los enfermos y sus familiares celebraron una comida fraternal. El grupo «Aires Sollerics» aportó el toque musical a la jornada. Esperanza Florit, delegada de Pastoral de Salud de la diócesis de Mallorca, señaló que cada año acude más gente a este encuentro que comenzó como una peregrinación de los enfermos y que ahora se ha convertido en un gran acto social. De hecho ayer eran muchos los voluntarios que corrían a última hora en busca de más sillas para poder dar acogida a una audiencia que superó en mucho las previsiones de otros años.
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