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La huelga de ocho horas convocada ayer por los taxistas de Palma en protesta contra un decreto de la Administración central que les obliga a compartir el servicio de Son Sant Joan con sus colegas de la Part Forana, obligó a miles de turistas y usuarios a movilizarse en autobuses y vehículos de alquiler.

A diferencia de los incidentes registrados el martes, en la jornada de huelga de ayer no hubo problemas ya que los taxistas de la Part Forana optaron por no acudir a Son Sant Joan ante el temor a las represalias de los de Palma. El portavoz de los taxistas de la Part Forana, José Cano, denunció la desprotección policial a la que tiene que enfrentarse el sector y aseguró que no volverán al aeropuerto hasta que no se garantice la protección policial. Por su parte, los taxistas de PIMEM aseguraron que por la tarde se registraron algunos problemas al detectarse al menos a cuatro taxistas que incumplían el decreto.

Los propietarios de las licencias de taxis convocaron la huelga para exteriorizar su enfado por un decreto del Gobierno de José María Aznar que faculta a sus colegas de la Part Forana a cargar pasajeros en Son Sant Joan, hasta ahora, un enclave exclusivo para los conductores de Palma.