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El tópico se fue al garete. Afortunadamente. Murcia, haber nacido en la provincia levantina, hace tiempo que dejaron de ser sinónimos de tierra de tramperos, gente de mal vivir y peor actuar. Un poco de cultura, algo más de información y un mucho de intercambio de experiencias humanas han logrado que aquel colectivo que se consideraba ¿agraviado? por los zarrapastrosos emigrantes murcianos, hayan tenido que corregir su error.

Los que aún no lo han conseguido, bien hubieran hecho en pasarse ayer por la parroquia de la Mare de Déu de la Lactància, donde buena parte de la comunidad murciana residente en Mallorca "18.000 sólo en Palma; 23.000 en el conjunto de las Islas" celebró lo que ellos llaman una misa huertana, musicada por los 25 jóvenes componentes delgrupo folclórico Virgen de la Fuensanta. La celebración religiosa culminó a las doce y media. Pero ahí no quedó todo el festejo. En la plazoleta de la iglesia. los feligreses murcianos y bastantes turistas deambulantes por la zona, celebraron las jotas manchegas y los fandanguillos de Yecla con los que el mencionado grupo obsequió al público congregado alrededor de la parroquia. Y para acabar, una muestra de que tampoco son ignorantes los de Murcia en lo de la gastronomía. Más de 400 murcianos se reunieron a manteles en un restaurante de Cala Figuera para culminar sus fiestas regionales.