Visión aérea del Hospital General Son Llàtzer tomada a mediados del año pasado.

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Diferentes expertos en gestión, algunos de ellos con experiencia en apertura de hospitales, han constatado que el trabajo que queda por hacer en el Palma II es lo suficientemente importante como para que su puesta en funcionamiento se demore mucho más allá de lo que resta de año. Además, está la experiencia del Hospital de Manacor.

Ya no se trata de las obras que no han concluido, sino que queda pendiente el equipamiento, los accesos y, sobre todo, la contratación de personal que se ve dificultada por las «dudas» técnicas para hacer cumplir el compromiso político de integrar a trabajadores de distintos hospitales de Palma e incluso administraciones.

El gerente está todavía sin nombrar aunque el Insalud balear dijo que se nombraría antes de acabar 1998. Las obras se iniciaron en 1996 y tenían que haber acabado en octubre de 1999. Hoy todavía siguen. El plan de empresa tiene ya un borrador que parece definitivo y que mantiene las 564 camas aunque el Insalud quería reducirlas drásticamente tras aprobarse la construcción del Hospital de Inca.

A todo esto hay que añadir las tensas relaciones entre el Insalud balear y la Conselleria de Sanitat i Consum que tienen paralizada la firma de un consorcio para la cogestión del hospital tal y como reflejaba el protocolo firmado entre Jaume Matas y el ex ministro del ramo José Manuel Romay Beccaria.

El Insalud balear podría haber optado desde hace tiempo por dejar de lado al Govern pero ello significaría tener que abrir el Palma II como una fundación pública sanitaria (la primera en España) que supondría una fuerte oposición sindical y de la propia Conselleria de Sanitat i Consum que es quien tiene las competencias en ordenación sanitaria y que es quien en definitiva en un plazo no superior a los cuatro años gestionará dicho hospital con el traspaso de las competencias sanitarias.

El Insalud balear sigue echando las culpas al Govern de que todavía no se haya constituido el consorcio y sigue recriminándole que no haya dado los 250 millones para el Hospital de Inca. El problema del Insalud, es que otras comunidades con hospitales en construcción, se les pueden echar encima si el Palma II se abre como consorcio (gestión compartida entre Insalud y la comunidad autónoma correspondiente) «a cambio de nada». Esa moneda de cambio sería así los 250 millones del Hospital de Inca que el Govern afirma que tienen en una cuenta dispuestos a gastarse cuando el Insalud gaste primero sus 250 millones.