El presidente de GESA, Bartomeu Reus, pidió disculpas a los
clientes que se vieron afectados ayer por el enésimo apagón que
sufre Mallorca, pero no dimitió. Es fácil pedir disculpas y no
hacer a continuación absolutamente nada para resolver un problema
que se repite con demasiada asiduidad desde que Reus preside GESA.
Tener a toda una isla a oscuras durante horas "hasta medianoche
se produjeron cortes en el fluido" crea una situación insostenible,
indignante y que, por fuerza, debe tener unos responsables. No
basta con pedir disculpas a cuantos sufrimos los constantes
«accidentes» de un sistema eléctrico más propio del Tercer Mundo,
que se viene abajo únicamente por la avería de una subestación.
Una vez más la GESA del señor Reus ha hecho el ridículo. Hasta
cierto punto es normal que se produzca una avería en una máquina,
lo que es inadmisible es la tardanza en resolver el problema. El
Govern debe abrir una investigación para depurar responsabilidades.
¿Cómo es posible que toda la energía suministrada por es Murterar
se direccione únicamente a Llubí? ¿No sería más lógico contar con
una red más diversificada que permita establecer de inmediato rutas
alternativas? Por otro lado, no se pueden olvidar las drásticas
reducciones de personal emprendidas por GESA en los últimos años.
Tras prescindir, por razones económicas, de tantísimos técnicos
bien preparados, GESA es incapaz de resolver sus problemas con la
eficacia exigible.
Ayer fue una avería. Dentro de un mes, en pleno verano, puede
ser por la excesiva demanda. Y entonces será por culpa del Govern,
del actual y de todos los anteriores, que han sido incapaces de
tomar una decisión. Sea cual sea, cable eléctrico con la Península,
gasoducto o transporte de gas en barco, hay que adoptar una urgente
solución que garantice el suministro eléctrico de los próximos
años.
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