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Los presbíteros de la diócesis de Mallorca celebraron ayer en el Santuario de Lluc la festividad de Jesucristo Sacerdote. Mientras el resto de la Isla padecía los efectos del apagón, éste no pudo aguar la fiesta sacerdotal que se ofició a la luz de las velas en la basílica del monasterio. Monseñor Teodor Úbeda presidió la eucaristía. La celebración se inició en la plaza para después acceder a la basílica a través de su pórtico. «Las puertas de este santuario simbolizan lo que es Cristo», explicó el obispo antes de avanzar hacia la capilla.

Durante la jornada se rindió un sencillo homenaje a los sacerdotes que este año cumplen sus bodas de oro y plata en el ejercicio del ministerio sacerdotal. Ocho capellanes celebraron el cincuenta aniversario de su ordenación y cuatro presbíteros el veinticinco aniversario. Los blavets acompañaron la ceremonia con sus cantos, como viene siendo tradicional. Cerca de quinientos sacerdotes ocuparon a media mañana los pasillos del santuario ante la atenta mirada de los turistas que fueron desalojando poco a poco la basílica para dejar paso a los clérigos. Un grupo de pequeños alumnos de un colegio esperaba a la entrada de la plaza a que concluyera el oficio.

Los sacerdotes se cambiaron en el mismo monasterio para acceder ya con sus hábitos a la iglesia, mientras los turistas no cesaban en su empeño de inmortalizar la estampa. Concentrados en la Diada de Germanor, los presbíteros siguieron adelante con la ceremonia, que se desarrolló con absoluta concentración. Tras el oficio los sacerdotes asistieron a un almuerzo .