Balears, una de las comunidades autónomas con mayor renta per
capita del Estado Español, también cuenta con una amplia bolsa de
pobreza, según informó ayer Càritas Diocesana de Mallorca, en la
presentación de su «Memòria anual 1999». El delegado diocesano de
Acción Social, mossèn Josep Noguera; la directora de Càritas, Maria
Salleras; la coordinadora de Trabajo Social, Francesca Miralles y
la administradora de Càritas, Sebastiana Santmartí, fueron los
encargados de presentar la memoria anual.
Las principales novedades detectadas por Càritas en 1999, con
respecto al año anterior, son el aumento de la inmigración y las
mujeres solas con cargas familiares y una fuerte problemática
económica. «Nuestra filosofía no es crear dependencias sino
solucionar problemas puntuales y ayudar a que las personas
necesitadas resuelvan sus problemas, en el futuro, de forma
autónoma», manifestó mossèn Josep Noguera. Càritas cuenta con 745
voluntarios en toda la isla que trabajan de forma activa, «se han
hecho muchas horas de trabajo de forma voluntária», apuntó Noguera
y puntualizó que, «caminamos hacía la utopía de un mundo mejor y
más solidario».
A Maria Solivellas, directora de Càritas, lo que más le preocupa
es conseguir «un diálogo permanente con la sociedad». A través de
éste diálogo y contacto permanente con la realidad social, se
explica que «ha cambiado el perfil de la pobreza. Los pobres que
llegan hoy son gente más deteriorada», matiza Solivellas. Los tres
sectores más necesitados son la inmigración; las familias
desestructuradas y la gente mayor que vive en soledad y sin el
apoyo de la familia.
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