Si serán evidentes las acusaciones que se vierten cual lava incandescente sobre el rey del los mocos que hasta Mabel Misericordiae se ha permitido criticarle abiertamente, junto con Ania y Koldo, que afirma que Íñigo es virgen y que, debido a esa circunstancia extraordinaria, insólita, inusual, contra natura, propia de otro planeta y moralmente deleznable, se comporta tan torpemente con Ania, su enamorada platónica. Realmente, el vasco es incapaz de interpretar la realidad.
¿Cómo no va a ser virgen Íñigo «El Escatológico» si cada vez que se baja los pantalones sus víctimas tienen que echar mano de una mascarilla? ¿Cómo no va a permanecer incólume el pollo si antes de cometer fornicio con él hay que llamar a un batallón de la desratizadora Will Kill para que acabe con las variadas tribus de parásitos, de permanentes vacaciones en sus partes pudendaaas? Y lo que aún es peor: el día 59 de autos, Íñigo llamó contundentemente «zorra» a la pobre Ania y ella se enfadó muchísimo, pues en esa casa no hay motivo alguno para tener que pronunciar esa palabra, ¿verdad? La modelo, cuya imagen dista milenios luz del insulto, a continuación le propuso a Íñigo que se entrene con ella para cuando le funcione el ligue con una chica. ¿Puede existir más candor y buena voluntad? Por cierto: Iván últimamente no abre boca y apenas aparece en la revista editada por Gran Hermano. ¿Por qué?
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