«El objetivo de las escuelas de verano es atender unas determinadas
necesidades sociales. ¿Qué hacen los niños durante el verano? Para
dar respuestas a esta pregunta nosotros, en coordinación y
colaboración con diversos ayuntamientos, desarrollamos escuelas de
verano», señaló Xavier Fernández, director del Centre d'Iniciatives
i Recursos Escolars (CIRE).
«Durante el curso escolar desarrollamos actividades
extraescolares complementarias en unas 130 escuelas de las Islas»,
indicó Fernández, para añadir: «Y ahora, en verano, nos preocupamos
de que los espacios de tiempo libre no sean guarderías, sino
espacios para la educación del ocio y del tiempo libre». Las
escuelas de verano tienen lugar durante los meses de julio y
agosto, en diferentes centros. El horario es de ocho y media de la
mañana a las dos de la tarde, todos los días lectivos, y con opción
de comedor hasta las seis de la tarde. Pueden acudir niños desde
los tres hasta los quince años.
Conforman las escuelas de verano los talleres, las actividades
semiacadémicas y las de ocio. Entre los talleres destacan los de
juego, dibujo, manualidades, tecnología, marionetas, teatro,
ecología y medio ambiente. Las actividades al aire libre y los
juegos deportivos ocupan el 40 por ciento del tiempo. «Todo son
actividades lúdicas, pero educativas, dentro de un marco claramente
pedagógico, con participación activa de los niños. Todas las
actividades se organizan en función de la edad y del nivel de cada
niño. Desde hace cuatro años introducimos actividades tan punteras
como seguridad vial o seguridad doméstica», añadió Fernández, para
concluir: «Tenemos recursos propios para hacer becas. Si vienen
tres hermanos, uno no pagará. Nuestra intención es que no se quede
ningún niño sin participar en las escuelas de verano por un
problema económico».
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