La celebración del paso por el Vimer constituye todo un ritual. Foto: M. F. / A. V.

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La noche mágica de Sant Joan reunió ayer en Manacor a un numeroso grupo de niños que pasaron por las ramas del árbol curativo conocido con el nombre del Vimer, en la finca de s'Hort des Correu. Este árbol sólo puede curar a las personas que padecen la dolencia de hernia, pero sus poderes curativos entran en auge en la madrugada de la festividad de Sant Joan, durante el momento que sale el sol y termina cuando llega el alba.

El proceso de los preparativos es todo un ritual. Unos días antes, la familia propietaria de la finca s'Hort des Correu, elabora unos lazos que después serán el distintivo de cada niño que pase por el árbol mágico. Durante la misma madrugada de Sant Joan, se realiza un corte en cada rama del Vimer dejando una apertura suficiente para que el cuerpo del niño pueda pasar en medio de ésta sin problemas. Cuando el sol empieza a asomarse por el horizonte se empieza a desnudar a los niños para que durante el solsticio estén listos para pasar en medio de las ramas. Éstas desprenden la salvia curativa que se frota en la zona afectada de los niños. Después, con unas cintas de rafia mojada se envuelven las ramas bien fuertes para que éstas se vuelvan a cerrar y se puedan seguir reproduciendo. El paso final consiste en atar el lazo distintivo del niño que ha pasado por la rama.

Para saber si la hernia se ha curado, se debe esperar un tiempo prudencial, como mínimo unos treinta días, si la rama se ha cerrado y empieza a brotar quiere decir que la herida se ha curado, si al contrario, la rama se seca, es que no se ha podido curar. Un total de 28 niños de edades comprendidas entre 0 y 3 años, procedentes de distintos puntos de la Isla, pasaron en medio de las ramas del Vimer de Manacor para ser sanados por la salvia de este árbol mágico.