El cansancio en los niños era patente tras tener que dormir en las butacas del aeropuerto. Foto: EFE.

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Unos 240 niños y adolescentes procedentes de la comunidad autónoma de València y de la región murciana, junto con sus monitores, tuvieron que pasar la noche del jueves y la mañana del viernes en el aeropuerto de Son Sant Joan (Palma) después de que el vuelo en el que viajaban, entre València y Dublín, tuviera que efectuar un aterrizaje forzoso por motivos de seguridad.

Fuentes de la compañía, Spanair, responsable del vuelo, explicaron que el avión despegó del aeropuerto de València con retraso y que el aparato había colisionado con un pájaro, por lo que el piloto, por motivos de seguridad, decidió desviar el vuelo hacía el aeropuerto más cercano, el de Son Sant Joan, donde aterrizó, sobre las tres y media de la mañana. Tras hacer las comprobaciones pertinentes, se localizó a un pájaro dentro de una turbina, que fue retirado por los técnicos. Pero, al haber pasado ya el tiempo reglamentario de trabajo de la tripulación del avión, se optó por dejar a los pasajeros en el aeropuerto.

Cuatro jóvenes alicantinas que viajaban en el vuelo de Spanair explicaron a éste periódico que, «estamos muy quejosas por la falta de información y el escaso servicio que hemos recibido de la compañía. Nuestro avión tenía que salir a las 21.55 de la noche del aeropuerto de València y ya salimos con retraso, alrededor de las 2.15 horas de la madrugada», explicaron las jóvenes que confesaron haber pasado «sueño» y apuntaron que «estamos muy cansadas. Tanto es así que hemos pasado de ir a comer con todos los demás a un restaurante de fuera del aeropuerto. Nos han hecho perder parte de la ilusión que teníamos para ir a Dublín a estudiar inglés durante un mes. Hoy, ayer para nuestros lectores, ya teníamos que haber iniciado el curso», explicaron las cuatro amigas.