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PEDRO PRIETO Entre la playa de Ciudad Jardín y el tramo final de la carretera que lleva al Coll d'en Rabassa desde Palma, nace una pequeña ciudad con una población de unos mil habitantes, cuya denominación es urbanización Ciudad Jardín. De momento sólo se ve parte de su infraestructura, lo cual no es poco, en forma de calles y avenidas, farolas, parques y espacios destinados a zonas verdes -según el plan parcial aprobado con fecha 29.06.95, de los cien mil metros de superficie de la «nueva ciudad» se destina una tercera parte a zonas verdes y deportivas-, así como a las acometidas de Ono y dos molinos de viento por restaurar pertenecientes a la finca de Son Martorell, primitivo nombre de esos terrenos.

La promotora, aparte de construir, o mejor, de haber empezado a construir ya casas unifamiliares y bloques de viviendas al estilo colonial, o indiano, está comprometida a remozar el viejo puente sobre el torrente, situado frente a la alta chimenea, y construir dos pasarelas sobre el mismo que unirán la urbanización Ciudad Jardín a una zona arbolada con aproximadamente 3.000 árboles que crecerán en la urbanización contigua de Son Parera.

Para Paco Sánchez, gerente de Rustic, empresa que promueve dicha urbanización, la mayoría de los habitantes de la misma son gente del Coll, o alrededores, personas, ya bien industriales y comerciantes, que se sienten orgullosas de su barrio, pero que quieren mejorar su vivienda sin cambiar de lugar. En cuanto a las ventajas de vivir en esta urbanización, dice Sánchez que son varias, a saber: aparte de ser completamente nueva, está la proximidad a la playa, proximidad al aeropuerto, a la autopista, a Palma y a los centros comerciales.