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Hoy será retirada la última de las 30 vallas publicitarias que existían en el centro histórico de Palma. Este logro se debe al convenio que el Ajuntament de Palma y la empresa concesionaria firmaron en octubre de 1998 con la intención de mejorar estéticamente la imagen del centro antiguo. En compensación por la retirada, el Consistorio ofreció a esta agencia de publicidad exterior la posibilidad de trasladar aquellas vallas con contratos de exposición en vigor a lugares de titularidad municipal situados en el ensanche, por un período de quince años.

La última valla se retirará de la Rambla y la empresa se ha comprometido a pintar la fachada del convento de las monjas teresianas, deteriorada precisamente por los carteles publicitarios. Este tipo de anuncios de gran tamaño estaba prohibido en el centro por el PGOU de 1985, por lo que hace cinco años se inició el expediente urbanístico para su eliminación, pero la propiedad de las mismas alegó la existencia de un convenio firmado en 1987 por el que se estableció el pago de un impuesto especial para publicidad que incluía este tipo de vallas.