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El aeropuerto de Son Sant Joan recibió ayer por la mañana a 144 niños saharauis procedentes del campamento de refugiados de Tindouf. El grupo va a pasar los meses de julio y agosto en las islas, donde les acogerán familias de manera voluntaria tras haber dormido la pasada noche en el Albergue de la Playa de Palma.

El calor y el exilio forzado, consecuencia de una lucha por recuperar su territorio, el Sáhara Occidental (competencia actualmente de Marruecos), marcan las vidas de uno niños sometidos a unas condiciones de vida inhumanas. En los meses de julio y agosto las temperaturas en el desierto de Tindouf, donde se ubica el campamento de refugiados saharui, sobrepasan los 50 grados. Ante esta situación las autoridades saharauis pidieron el socorro internacional, para evitar la desnutrición de los menores y para asegurarles unas condiciones favorables de desarrollo. a necesidad de alimentos adecuados, así como de agua, ha condicionado que la solidaridad les traiga a las Islas.

A su llegada al albergue, lo primero que hicieron fue comer. Después, y ayudados por efectivos de la Cruz Roja, se ducharon. Este hecho provocó la primera reacción de asombro; conocieron de cerca la salida de agua a través de un grifo. Una vez arreglados, el patio del recinto se convirtió en una especie de patio de colegio. Los niños jugaban con todo lo que encontraban y preguntaban constantemente acerca de los elementos nuevos que les rodeaban. Eran felices. Pero e mérito de tal expedición descansa en las familias que van a acoger en sus casas a los niños. Una portavoz de las mismas, Carme Barceló, aseguró que se trata de «una experiencia enriquecedora: servir de ayuda a unos menores que te necesitan y que sabes que te lo agradecen de verdad».