José María Rodríguez, teniente de alcalde de Coordinació i
Infrastructures, defiende que Palma ha mejorado mucho en este
último año. «Del Pla Mirall muchas veces se habla peyorativamente.
Es cierto que causa molestias, no lo vamos a negar, pero también es
verdad que está dejando la ciudad cambiada. Está surgiendo una
ciudad nueva, más habitable, más agradable, con un mejor entorno, y
creo que los ciudadanos se están dando cuenta de esto».
La Vileta, el Passeig Sagrera, el casco antiguo, son zonas en
las que, señala el teniente de alcalde, los buenos resultados son
ya visibles, tanto en iluminación como en pavimentación o
rehabilitación. A veces los ciudadanos tienen la sensación de que
todas las obras se han abordado de golpe, con los problemas de
movilidad y circulación que ello puede conllevar. En este sentido,
Rodríguez señala que «las inversiones vienen cuando vienen, no
cuando uno quiere, y claro, hay que adecuar el plan de inversiones
a las posibilidades», y añade: «Queremos que las obras molesten lo
menos posible al peatón, al ciudadano de a pie, que distorsionen lo
menos posible lo que es el uso habitual y ordinario de la ciudad.
Estamos en ello, dando más información».
«¿Qué es lo que hay que hacer ahora? Continuar invirtiendo,
hacer una permanente inversión en la ciudad, no esperar veinte años
para volver a invertir en el mismo sitio», indica el máximo
responsable de infraestructuras de Palma, y expresa un deseo: «Hay
que mirar que Palma no pierda el control ni el ritmo ni su posición
entre las ciudades que tienen buenos servicios».
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