En estos tiempos en que el desarrollo empuja a la competitividad
profesional y existe un culto tremendo del consumismo, las
incidencias de esta singular adicción no sólo van en aumento sino
que pasan inadvertidas. Entre los casos de adicción que demandan
tratamiento, el del trabajo no es muy frecuente. Los pacientes
entran normalmente por adicción a otras drogas o por síntomas
depresivos o de estrés. Diagnosticar esta enfermedad no es fácil,
porque el adicto al trabajo siempre montará excusas que le impiden
escapar de su dependencia. Para el adicto al juego la excusa es
recuperar lo que ha perdido. Para el adicto al trabajo la excusa es
generalmente la familia.
El médico psiquiatra José María Vázquez Roel señala que la
adicción al trabajo surge de su naturaleza perfeccionista y
competitiva. Esta enfermedad no está en el trabajo saludable, sino
en el abuso de poder y de control, en un intento compulsivo por
lograr aprobación y éxito. El trabajo compulsivo atrapa a la
persona de manera que surge una necesidad incontrolable por ser
extremadamente productivo y por mantenerse siempre ocupado. El
dominio que el trabajo ejerce sobre el individuo pronto influye en
todos los miembros de la familia, siendo una de las causas más
importantes de ruptura matrimonial. Muchos adolescentes
drogodependientes son hijos de padres adictos al trabajo, porque no
tienen y nunca han tenido tiempo para ellos.
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