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El nivel de construcción en suelo rústico ha disminuido notablemente en Mallorca en lo que va de año. Durante los primeros seis meses del año el número de peticiones para construir en el campo mallorquín ha bajado un 25 por ciento en relación al mismo período del año 99. Según datos del Consell Insular de Mallorca, durante el año 2000 se han solicitado 410 peticiones para edificar en suelo rústico, mientras que en el primer semestre del 99 se habían presentado 472 solicitudes.

El Consell de Mallorca ha registrado 85 peticiones para construir en suelo rústico durante el mes de enero, 69 en febrero, 72 en marzo, 70 en abril, 52 en mayo y 62 en junio. Hace exactamente un año en apenas un mes se habían presentado 87 solicitudes. Esta disminución de la presión urbanística en suelo rústico se debe a la modificación de las Directrices de Ordenación del Territorio, que permitían edificar por debajo de los 14 mil metros en aquellas fincas segregadas antes del año 58. Esta excepción fue suprimida por el Govern, lo que ha provocado que muchos propietarios ya no tengan posibilidades de edificar en terrenos con menos de 14 mil metros.

El parón de edificaciones en el campo mallorquín que se está registrando durante este año contrasta con las espectaculares cifras de edificación en suelo rústico registradas durante los últimos años. Frente a las 225 solicitudes de media de los primeros cinco años de la década de los años 90, la fiebre urbanizadora del suelo rústico mallorquín comenzó a dispararse en el año 96, precisamente cuando el Consell Insular de Mallorca decidió ampliar hasta los 14 mil metros cuadrados el límite para poder edificar. En el año 96 se autorizaron 815 viviendas, y en 1997, 663 nuevas edificaciones. El año 98 supuso un freno a la construcción de viviendas ya que se consiguió reducir a la mitad las autorizaciones del anterior ejercicio. Pese a todo, el Consell autorizó 340 nuevas viviendas. El pasado año se dió luz verde a un total de 671 licencias en Mallorca. Desde 1990 hasta 1999 se concedieron 3771 autorizaciones para edificar en el campo mallorquín.