La Associació d'Amics del Poble Saharaui ha traído este verano a la
Isla a 99 niños del desierto. Durante un período de dos meses,
varias familias han acogido en su seno a estos niños, de edades
compredidas entre 9 y 13 años. La estancia en Mallorca es una buena
oportunidad para una «puesta a punto» de sus ojos. Con este fin,
Médicos del Mundo y la ONCE han colaborado con la citada
Organización No Gubernamental para llevar a cabo un programa de
revisión ocular. Un total de 25 niños han pasado, durante cuatro
días, por los servicios de oftalmología de la ONCE, donde un
especialista les ha detectado posibles problemas de visión.
José Heredia ha acogido a una niña, Salca, a la que el médico le
ha detectado varias dioptrías en los dos ojos. Gracias a la
existencia de un programa especial de colaboración con varias
ópticas de Palma, podrá acceder gratuitamente a una gafas
graduadas. Sin embargo, hay un problema. Teresa Bestard,
coordinadora de Médicos del Mundo, señaló que «muchos niños se dan
cuenta de que deberían llevar gafas, pero sólo se las ponen si de
verdad aprecian un cambio importante. Si tienen poca graduación, no
se las ponen, ya que en el Sáhara llegan a resultar muy incómodas.
Se rayan los cristales con la arena, no hay piezas de recambio,
etc. Por eso, si de verdad el niño lo las necesita, prescinde de
ellas».
Heredia asegura que «veremos lo que hacemos, si decidimos
ponerle las gafas o no, ya que tiene pocas dioptrías. Consultaremos
con la familia de la niña». La medicina preventiva no está tan
generalizada en el frente Saharaui como en Balears. Por eso, los
niños acogidos aprovechan su estancia en la isla para someterse a
una revisión, en ocasiones la primera.
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