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La presidenta de EMAYA, María Crespo, defendió ayer el incremento del agua en 317 pesetas mensuales por vivienda, que supondrá al año una subida global en la factura de los palmesanos de 3.804 pesetas. La subida afectará también a comercios, hoteles y demás negocios, según lo estipulado para cada establecimiento, confirmó el administrador de la empresa municipal, Critófol Sastre.

Así, por ejemplo, un hotel de tres estrellas, categoría que tienen el 75% de los establecimientos hoteleros de Palma, pagará las 317 pesetas de más por cada unidad equivalente a una vivienda, y en su caso está establecido que una plaza equivale a 0'8 viviendas. De este modo, si tiene 300 plazas hoteleras, éstas equivaldrán a 240 viviendas, con lo que la subida de la factura del agua le supondrá 76.080 pesetas más al mes o 912.960 pesetas más al año. La regidora explicó que este aumento responde a la necesidad de la empresa de hacer frente a un gasto cercano a los 1.000 millones de pesetas como consecuencia de la puesta en marcha de las desaladoras móviles para hacer frente a la pertinaz sequía que comenzó el año pasado. Con el incremento anunciado, EMAYA espera recaudar esta cantidad, pero la presidenta aclaró que, de no ser por el superávit logrado en el ejercicio pasado -423'3 millones-, «nos habríamos visto obligados a aplicar una subida mayor en la factura del agua para compensar las pérdidas que la empresa acumula desde enero».

Matizó que desde comienzos de año, EMAYA acumula un déficit que ronda los 500 millones de pesetas, por el hecho de haber tenido que comprar más agua de la prevista. Y añadió que el balance positivo del año pasado, en lugar de pasarse al Ajuntament, ha sido destinado a cubrir esta deuda «que, de este modo, no se repercute en el recibo del ciudadano». El administrador municipal consideró que el elemento escogido para aplicar la subida, la cuota fija, «es el más justo, mucho más que gravar el precio del metro cúbico consumido y, además, permite conocer exactamente la cantidad a recaudar».