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Como puede apreciarse en sus rostros, no les gustó para nada nuestra presencia. ¡Qué le vamos a hacer! Lo que extraña es que él, siendo periodista, no entienda nuestro trabajo. Lo decimos porque la otra tarde, al sorprender a un compañero nuestro en el hotel, avisó a los de seguridad. En fin, que tampoco tiene importancia. Eso sí, el día que los famosos "no incluyo aquí a los mediopelo, vendedores de intimidades, ex e hijos de" entiendan que como tales tienen que pagar su peaje a la prensa que los ha hecho famosos para gozar de unas buenas vacaciones, vivirán la mar de tranquilos. Y si no, que se le pregunten a Concha Velasco y Norma Duval, o al mismísimo Michael Douglas, tan reacio antaño con los reporteros.

Pero, a lo que íbamos, Arantxa y Joan han pasado cinco días en Mallorca, dentro de lo que cabe muy tranquilos, lejos del mundanal ruido, excepto la noche que estuvieron cenando en Puerto Portals. A partir de hoy Arantxa volverá a la pista con la raqueta en la mano a cumplir con una serie de compromisos ineludibles. ¡Suerte!