La Federación Agrícola y Ganadera de Balears, FAGB, denunció ayer
el vertido al mar del 80 por ciento del agua que se depura en
Mallorca en una época, aseguran, en la que los productores
arrastran numerosas pérdidas económicas por la falta de
precipitaciones registrada en los últimos meses.
La situación, que el presidente de la federación, Fernando
Dameto, califica de «indignante», se agrava por el hecho de que, al
mismo tiempo, los payeses ven cómo los complejos turísticos les
«roban» el agua de los acuíferos agrícolas para desarrollar su
actividad y ese agua, tras depurarse, no puede ser reutilizada para
el campo debido a que la mayor parte se pierde en el mar. «Nos
están secando los acuíferos y, en un momento determinado y bajo
condiciones, podríamos aceptar que se use agua tradicionalmente de
uso agrícola para mantener el turismo. No obstante exigimos que no
se pierda aquella parte de ese agua que puede ser reutilizada para
regar», comentó Dameto.
A día de ayer, según los datos que maneja el presidente de la
FAGB, el 40 por ciento de los pozos agrícolas de la Isla están
afectados por extracciones «descontroladas» para uso turístico. El
agua posteriormente es depurada en tratamiento terciario o
secundario dependiendo de las plantas pero, según las denuncias del
sector, no existe la infraestructura suficiente para recuperarla
para usos agrícolas. Es por eso que los dirigentes de la federación
exigen a las autoridades competentes que pongan en marcha un
proyecto de canalización de aguas depuradas con objeto de que el
caudal que actualmente se pierde en el mar pueda ser utilizado en
el campo mallorquín.
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