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Western Park, el primer parque temático de la Isla, se presentó ayer por la mañana en sociedad. Ha pasado una semana desde que abrió y el centro dispone de una oferta dirigida a la familia en la que el agua y los shows se unen con un único objetivo: recrear el ambiente del Far West americano con la posibilidad de sofocar el calor del verano en las atracciones acuáticas que se reparten por todo el recinto. Salones típicos, vaqueros que montan espectáculos y duelos, bailarinas, indios o zancudos ataviados con los trajes de la época conviven con los socorristas que vigilan cada una de las zonas destinadas al baño.

El primero de los dos ejes sobre los que gira Western Park es el espectáculo. Aproximadamente cada hora, alguna formación ofrece sus habilidades y malabarismos al público. Una de ellas es la Familia Láner, que basa su actuación en cuchillos, cuerdas, cintas y vestidos con flecos y tonalidades que denotan su condición de americanos.

El público puede elegir en cada momento el tipo de ambiente en el que quiere disfrutar de su ocio. Además de las visitas a las distintas casas típicas del parque, el segundo eje del mismo se dedica al agua. La estrella de las atracciones acuáticas es el Big Hole, un tubo de tres metros de diámetro y de 110 metros de largo en el que la gente se arroja en barcas de cinco personas. La destilería es la zona donde se ubican los jacuzzi de agua caliente y de agua fría, en los que el visitante puede relajarse de las tensiones cotidianas.