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La Familia Real cedió por un día su protagonismo en el Club Náutico. Sólo una pareja de actores como Antonio Banderas y Melanie Griffith podían arrebatarles ese honor. El Rey acudió de nuevo conduciendo su propio vehículo sobre las diez de la mañana. Fue el más madrugador. Después llegaron la infanta Cristina acompañada por su prima Alexia y el príncipe Felipe. A las doce menos veinticinco aparcaba en la puerta del recinto un microbús que portaba a las dos estrellas. Una avalancha de empujones, miradas curiosas y posturas acrobáticas se desató de inmediato.

El popular actor se embarcó en el velero Tau, que el año pasado era el anterior Bribón. Melanie, sin embargo, prefirió no hacerlo y cuando su pareja subió a bordo de la embarcación ella se montó de nuevo en el vehículo y se marchó. Pero antes posaron en el interior del Náutico para la prensa y respondieron con paciencia a las distintas preguntas que se les plantearon.

Antonio Banderas aseguró encontrarse sorprendido del recibimiento masivo, ya que «el año pasado también estuvimos, aunque fue en la Breitling, pero no hubo tanta gente. Sólo ha cambiado el lugar, yo sigo siendo el mismo». Por su parte Melanie Griffith insistió que «Mallorca me gusta mucho pero con vosotros, los periodistas, es imposible conocerla bien».

Precisamente la actriz quiso emular el trabajo de los fotógrafos, al sacarles fotos a ellos mientras posaba con una cámara que llevaba colgada del hombro. En lo que se refiere a los proyectos de ambas estrellas, Antonio Banderas anunció que «en octubre iniciaré el rodaje de una película de acción en Canadá, que se titulará Morton Wells». Melanie, en cambio, está pendiente de elegir entre distintas ofertas.

El actor vaticinó que «jamás rodaremos una película los dos juntos porque si fuera así, el cine lo convertiríamos en una revista del corazón».
Al mediodía, el actor se embarcaba en el Tau dispuesto a vivir una apasionante jornada de vela.
· Óscar Delgado