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De pequeño, Xavier fabricaba sus propios juguetes porque no había ninguno que le satisfaciera. En la actualidad, Xavier Marín (Felanitx, 1968) está terminando la carrera de ingeniería telemática y trabaja como técnico electrónico. Y es inventor, aunque reconoce que este término no le gusta, y que prefiere la palabra 'investigador'. «De la palabra 'inventor' se ha hecho un uso y abuso excesivo. Ser inventor ni es un título que te dan ni tampoco pienso que sea un título que te has de otorgar tú. Pienso que se ha de hacer un trabajo en silencio y que cuando al fin se tiene algo que puede funcionar llega el momento de darlo a conocer», señala Marín.

El último hallazgo de Marín es un sistema para evitar las picaduras de las medusas. Además, tiene ya dos patentes. Una es de 1991 (un sistema que detecta los relámpagos tres minutos antes de que caigan) y la otra del año pasado (un sistema de detección de señales de tráfico).

En cuanto a las medusas, Marín señala: «Pensé en si podría conseguir un sistema para que las medusas descargasen el veneno que llevan antes de entrar en contacto con una persona, de manera que cuando cualquiera se encuentre con una de ellas y la roce no le pase nada». Cuando un bañista toca los tentáculos de una medusa, «las células urticales de ésta se abren, y un 'arpón' queda inyectado en la piel, y luego, una vez que está dentro de la misma, inyecta el veneno». Marín fue haciendo pruebas en un acuario utilizando gambas como 'víctimas', y empleando unas determinadas frecuencias de ultrasonidos dentro del agua, hasta que notó que, con una frecuencia determinada, las medusas no hacían daño, pues las gambas tocaban las medusas y no pasaba nada.

Marín querría aprovechar las boyas de limitación para la entrada de barcas que hay en el mar para hacerlas funcionar como emisores de ondas ultrasónicas de alta frecuencia, así las medusas «descargarían» las células urticantes "y el veneno" antes de llegar a la playa.