¡Bienvenida al infierno, Claudia!
Ayer, a mediodía, llegó Claudia Schiffer. Estuvo en el aeropuerto recogiéndola su chico, Tim, y un guardaespaldas grande como una cómoda de las de antes. En un automóvil con los cristales tintados se desplazaron a Camp de Mar, a casa, donde se encontraron con la calle patas arriba por mor de las obras ocasionadas porque hay que poner cañerías y cables de teléfono debido a lo mucho que ha crecido en los últimos años. Suponemos que, al igual que todo quisque, se tuvo que detener en la cuesta que llega hasta su villa a causa de que una grúa estuvo operando allí durante todo el día. Así que, lo siento, guapa, pero entre que los alemanes estáis comprado la Isla y nosotros os la estamos vendiendo, y encima algunos ayuntamientos de esta bendita Comunitat defensora del verde se saltan a la torera esa norma que dice que en verano están prohibidas las obras en zonas turísticas, como Camp de Mar, por ejemplo, esto está así de feo. Por tanto, «agua y ajo».
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09/08/00 0:00
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