El príncipe Tchokotoua se dispone a saludar a los Kent en presencia de Cristina Macaya.

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Ayer llegó, a bordo del «Blue One», el lujoso yate de su propiedad, el modisto Valentino, dispuesto a pasar unos días de vacaciones (entre ocho y diez) en Mallorca. El yate, amarrado en el pantalán del fondo de Puerto Portals, vivió una noche ajetreada, ya que el diseñador ofreció allí el aperitivo de la cena que tendría lugar posteriormente en el Flanigan, uno de los establecimientos más lujosos del lugar.

Los invitados tuvieron que desplazarse en coche hasta el pantalán para después volver al restaurante, en automóvil o a bordo de una lancha motora, según los casos. La anécdota, cómo no, la protagonizaron la modelo Claudia Schiffer y su prometido, Tim Jeffries. Éste, por lo que se ve, no tiene tarjeta de usuario del puerto y tuvo una bronca con el guardia de seguridad, quien no le dejaba pasar. Esta pareja, una de las más perseguidas por los paparazzi, también fue la primera en marcharse a casa tras cumplimentar a Valentino a bordo del «Blue One». Mientras, en Puerto Portals había una gran expectación, ya que los clientes de los restaurantes se olían que pasaba algo o que había famosos por los aledaños, ya que una nube de reporteros había tomado el lugar.

Poco después hicieron su aparición Valentino y el príncipe georgiano Tchokotoua, quien iba acompañado por su esposa, Marieta Salas; Carlos March Delgado, de Alba Corporación; la manchega universal Sara Montiel; la empresaria Cecil Sandberg y numerosos acompañantes del modisto italiano. El príncipe Michael de Kent (primo hermano de la reina Isabel II) y su esposa, María Cristina de Kent, acompañados por Cristina Macaya, que lo aloja en su residencia de es Canyar, fueron los últimos en llegar a la cita. Después comenzaría la cena, que transcurrió en un ambiente relajado.