Desde hace unos días el Castell de Bellver presenta un aspecto poco
habitual. La Torre de l'Homenatge, la más esbelta de las que
presenta esta fortificación gótica construida en el siglo XIV, ha
sido cubierta por un espectacular andamiaje. Pero no hay motivo de
alarma. La razón no es otra que el inico de las obras de
rehabilitación de esta torre, uno de los elementos del castillo que
se encontraba en peor estado de conservación. Es este el primer
paso para que, tras veinte años cerrada, la torre pueda abrirse al
público.
La obra, en la que se invertirán algo más de 40 millones de
pesetas, quedará concluida a finales de este mismo año. Ésta
afectará a la escalera, que será desmontada manualmente; a las
grietas, que serán cosidas con grapas; al matacán; al forjado de
madera del nivel 4, que será substituido por piezas idénticas; a
los graffitis, que serán limpiados; y a la terraza, de la cual se
retirarán cables y antenas obsoletos y se sustituirá el pavimento,
en el cual se pondrá mortero pese a que el material original era
marès.
Por último, en la torre se instalará un quitamiedos de hierro y
se la dotará de un sistema de iluminación indirecta, tanto en las
salas como en la escalera. La Torre de l'Homenatge se halla fuera
del recinto amurallado y se une a él por un arco apuntado de
piedra. Las cuatro cámaras de la torre, comunicadas por escalera de
caracol, sirvieron como calabozo. La base era conocida como
s'olla.
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