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De los análisis realizados esta semana en las 51 playas que habitualmente controla la Conselleria de Sanitat, se desprende la conclusión de que, en general, la calidad del agua de las costas mallorquinas sigue siendo excelente. Mejoran Camp de Mar, Port d'Andratx, Port de Pollença, Es Ribell, Cala Ferrera y Cala Esmeralda, que habiendo recibido la pasada semana la calificación de «buenas», ascienden para colocarse en la lista de las «excelentes». Bajan ligeramente Santa Ponça, Cala Gran, Cala Mondragó, Son Moll y el Port de Sóller, aunque la «buena» calidad de sus aguas permite disfrutar en ellas de un buen chapuzón.

El medio marino está lleno de vida y alberga ecosistemas cuyo equilibrio depende de todos y de cada uno de los seres que lo habitan. Peces, algas y plantas, forman parte de la pirámide ecológica y son imprescindibles para que el mar no se convierta en una enorme superficie de agua, vacía y muerta. Nuestras playas pertenecen al ecosistema litoral mediterráneo, con sus especies animales y vegetales particulares, a los que resulta fácil descubrir junto a las rocas o sobre el suelo arenoso de las playas.

La Posidonia oceanica, planta exclusiva del Mar Mediterráneo, forma auténticas y sorprendentes praderas subacuáticas denominadas «algueros», y encuentra su hábitat ideal entre la superficie y los 40 metros de profundidad -dependiendo de la transparencia de las aguas-, porque, como todas las plantas, necesita de la luz solar para realizar la fotosíntesis. Las posidonias son imprescindibles en el ecosistema litoral mediterráneo porque producen una gran cantidad de oxígeno; son fuente de alimento y hábitat de muchos animales; estabilizan los fondos marinos, al igual que en la tierra la vegetación protege de la erosión; y amortiguan los efectos del oleaje evitando, así, la regresión de las playas.

Cuando el mar se revuelve, las posidonias aprovechan para regenerarse y pierden sus hojas más viejas o estropeadas. Entonces se pueden encontrar sus restos en la costa o flotando en el agua, lo que no debe confundirse con suciedad. Aunque la parte exterior de las playas se limpie en verano, después hay que dejar que algas y plantas se depositen en la orilla para evitar el riesgo de que algún temporal fuerte arrastre la arena. Pero bajo ningún concepto se debe «limpiar» la Posidonia viva de los fondos marinos, aunque esté enraizada en la zona de baño y remojarse resulte menos agradable, ya que esto contribuye, junto con vertidos, pesca de arrastre, etc; a la degradación del litoral.