El Rey 'obedeció' las órdenes de los fotógrafos que le indicaban que el grupo debía ser más compacto. Foto: T.M.

TW
0

Marivent vivirá, desde ayer y hasta el domingo, aires nuevos. Ayer, cuando faltaban unos pocos minutos para las 18 horas, llegaban a la base aérea de Son Sant Joan los reyes de los belgas, Alberto II y Paola, a bordo de un Falcon 900 de la fuerza aérea belga.

Los reyes Juan Carlos y Sofía acudieron a recibirles acompañados por el secretario de la Casa del Rey, Rafael Spottorno, vestidos de manera totalmente informal (el Rey se puso una americana minutos antes de recibir a los belgas). Antes de que aterrizara el avión, los monarcas españoles tuvieron ocasión de bromear con los numerosos periodistas, cámaras de televisión y fotógrafos allí acreditados. Don Juan Carlos les dijo, en cuando los vio a todos: «Si ahora os pudiera hacer una foto, os tendría a todos». Pero, sin duda, el que se erigió en foco de todas las miradas fue el fotógrafo de Ultima Hora Tomás Monserrat, al que la Reina le aseguró: «Si hoy hubiera tenido una cámara le habría hecho una foto». Él, ladino, no quiso explicar dónde le podrían haber realizado esta inmortalización real.

Pero el buen ambiente no acabó ahí, sino que continuó a pie de escalerilla: cuando el rey de los belgas, que venía con indumentaria esport, pero con corbata, vio a don Juan Carlos sin ese complemento, no lo dudó ni un momento: tiró de ella y la guardó en el bolsillo en medio de las sonrisas cómplices de sus anfitriones y de su esposa. Las dos parejas (los belgas dándose la mano) se acercaron a pocos metros de donde estaban los fotógrafos y posaron para ellos estoicamente bajo un sol de justicia. Precisamente, el Rey se quejó del calor que hacía, aunque, cuando alguien le espetó que el grupo estaba muy desperdigado, se agarró a Alberto riéndose ampliamente. Después, andando, fueron en busca del coche en el aparcamiento de la base. El Rey condujo a la Reina, Alberto y Paola hasta Marivent. Está previsto que hoy salgan a navegar en el «Fortuna».