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Como cada año, en vísperas de Sant Bartomeu, los cossiers de Montuïri llenaron, con el aroma de la albahaca fresca, la luz y el color de sus trajes las calles de la localidad que, en estas fechas, celebra sus conocidas fiestas patronales.

La danza de los cossiers es uno de los actos más esperados por la gente del pueblo y también por los foráneos, pero este año lo ha sido todavía más ya que los bailarines han estrenado vestido después de 14 años sin cambios, por lo que los montuïrers esperaban ansiosos la salida de los bailarines para poder ver los nuevos trajes. Realmente la expectación fue enorme, ya que las cintas de colores que adornan los vestidos de los danzarines tenían más brillo y más luz que nunca. Además, el traje de la dama también se ha renovado. La pieza que más cambios ha sufrido ha sido el sombrero de los bailarines que está adornado con flores artificiales y cintas de colores.

La participación fue tremenda, una multitud de personas se congregó en la plaza del Ajuntament y las calles de Montuïri para poder observar las ancestrales danzas de los cossiers que únicamente bailan tres días al año: el 15, el 23 y el 24 de agosto. Es importante indicar que el día de la Mare de Déu d'Agost no se visten con los trajes tradicionales, ya que estos se reservan para la víspera y el día del patrón. Son seis los cossiers que cada año salen a llenar de danza y música las calles de Montuïri, y además les acompaña la Dama y el demonio Banya Verda, que es quien se encarga de hacer espacio entre el público para que los bailarines puedan danzar. La mayoría de las danzas tienen un simbolismo pagano que quiere mostrar la victoria del bien sobre el mal.

Hoy a las diez de la mañana, los cossiers volverán a salir engalanados con sus nuevos trajes para bailar l'Oferta en la eucaristía que se celebra en honor a Sant Bartomeu. Después de la misa los montuïrers deberán esperar hasta el año que viene para ver de nuevo danzar a los cossiers.