El president del Govern explicó que el protocolo no es
incompatible con el convenio, sino que es suplementario ya que
permitirá adelantar obras incluidas en el convenio y que podría
tener ya traducción presupuestaria el año que viene. Una comisión
mixta de ambas administraciones decidirá de forma conjunta qué
inversiones se incluyen en este protocolo. Reconoció que, si es
necesario, el Govern aceptará la propuesta de Matas de construir
dos nueva desaladoras, una en la zona de Palma y otra en la bahía
de Alcúdia. Además el Govern quiere incluir la ampliación de la
desaladora de Palma y la de Formentera, además de sa Costera, las
obras del torrente de Manacor y la conexión entre la desaladora de
Sant Antoni y Eivissa.
El president reconoció que, en estos momentos, la situación de
las reservas de agua es alarmante, por lo que si es preciso
construir nuevas desaladoras porque no queda otro remedio, se
harán. En cualquier caso, reiteró que previamente será necesario
estudiar con detenimiento las necesidades de cada zona. El
protocolo decidirá finalmente cuál de estas inversiones se
considera más urgente.
El president del Govern se mostró muy satisfecho de los
resultados de una reunión que fue cordial, según reconoció. El
ministro garantizó que no existen problemas para la firma del
convenio y se ofreció a avanzar las inversiones a través del
protocolo. Con respecto a este cambio de actitud, Antich aseguró
que las polémicas no son buenas, y mucho menos si de ella no se
extraen conclusiones positivas. «He dicho muchas veces que era muy
difícil entenderse con una persona que hace a la vez de ministro y
de oposición al Govern, pero ahora cada uno está en su sitio». El
Govern es quien marca las pautas en materia de aguas y el ministro
lo ha entendido», afirmó.
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