La presión asistencial en Son Dureta ha impedido al hospital acometer proyectos como la cirugía cardíaca.

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El recién anunciado nuevo retraso en la finalización de las obras, y por tanto puesta en marcha, del Hospital General Son Llàtzer no hace más que ahondar en la vieja herida de falta de recursos sanitarios públicos en Mallorca (camas), y retrasar su solución. Unas demoras que a quienes más perjudica es a los enfermos. Pero más allá del ciudadano, que es quien sufre las consecuencias directas, es el Hospital de Son Dureta el más afectado.

El Sindicato Médico de Balears recuerda que el director territorial del Insalud en las Islas, Javier Rodrigo de Santos, aseveró que el pasado invierno iba a ser el último en que Son Dureta se colapsaría. Basaba su afirmación en que el Hospital General Son Llàtzer (más de 500 camas) estaría abierto este año pero ello no va a suceder. Así, Son Dureta, debido a la inevitable avalancha invernal de personas mayores que sufren descompensaciones respiratorias, tendrá que volver a colgar en su puerta el cartel de «no hay camas» y «colocar» a los pacientes como pueda aunque ello signifique instalar hasta un centenar de enfermos en una sala habilitada ni para la mitad.

El Sindicato Médico de Balears está seguro de que el Palma II no estará abierto en el año 2001 y duda de que pueda estar en marcha en el año 2002. La fuerte presión asistencial que tiene Son Dureta, la más alta dentro del Insalud, ha impedido a este hospital avanzar y especializarse cada vez más y así no ha podido implantar la cirugía cardíaca que sí tienen los hospitales de su nivel. La cirugía cardíaca para Son Dureta está archivada en Madrid en espera de que las circunstancias lo hagan viable. Habitaciones en las que se instalan hasta cuatro enfermos, ya desterradas de hospitales más modernos, siguen existiendo en Son Dureta. Y es que Son Dureta no puede prescindir hoy por hoy ni de las camas supletorias que se hacen imprescindibles con la llegada de la gripe.