La consellera de Medio Ambiente del Govern balear, Margalida
Rosselló, se congratuló ayer de las lluvias caídas en las Islas en
las últimas semanas, aunque precisó que sería «precipitado» decidir
si gracias a ellas deben suspenderse o continuar las desaladoras
móviles. Rosselló indicó que no disponía aún de datos sobre el
crecimiento de los acuíferos en estas últimas semanas, si bien
admitió que Emaya produce menos agua desde Son Tugores.
Sin embargo, insistió en subrayar que el régimen de lluvias no
ha afectado por igual a todas las Islas ni a todas las zonas, ya
que en lugares como Calviá o Andratx las precipitaciones han sido
menores. Por eso, consideró que sería «precipitado» decidir si
deben seguir en funcionamiento o no las desaladoras móviles, una
cuestión que, en todo caso, debe determinar la comisión de la
sequía. Las últimas precipitaciones que han caído sobre la Isla ha
incrementado los niveles de almacenamiento de los pantanos de la
Isla, el Gorg Blau y el Cuber, hasta situarlos en un 7 por ciento
de su capacidad y no se descarta, según fuentes de Emaya, que estos
niveles se incrementen una vez que se filtre el agua caída en los
alrededores. Los expertos esperan que las lluvias continuen en los
próximos días y que los niveles de los embalses alcancen niveles
tranquilizadores.
La instalación de desaladoras portátiles a lo largo de la
geografía isleña se decidió poco antes del mes de julio debido a la
amenaza para el suministro habitual que suponía la prolongada
ausencia de lluvias. La iniciativa estuvo rodeada de polémica ya
que la intención del Govern era que Madrid pagara las instalaciones
debido a «su interés general» mientras que el Ministerio de Medio
Ambiente se negaba a subvencionarlas argumentando que su
instalación, presupuestada en unos 3.000 millones, había sido
decidida unilateralmente por el Ejecutivo autonómico.
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