Balears precisa una inversión anual de entre 1.100 y 1.300 millones
de pesetas para atender las necesidades de las personas con
enfermedades crónicas, según señaló el subdirector general de
l'Obra Social i Cultural i Recursos Humans de Sa Nostra, Miquel
Alenyà, que presentó ayer el informe «Persones amb malantia
crònica. Noves realitats i nous reptes».
El estudio de Sa Nostra pone de relieve que, en las Islas, hay
cerca de 20.000 personas que sufren enfermedades crónicas, que
clasifica en cuatro grupos: físicas y neurológicas, como la
esclerosis múltiple, la fibrosis quística o la insuficiencia renal;
psíquicas y mentales, como la esquizofrenia, la anorexia o bulimia;
infecciosas, como el VIH, y degenerativas, como el Alzheimer o el
Parkinson.
Miquel Alenyà expuso que Sa Nostra no sólo pretende firmar
convenios con las asociaciones que trabajan en este campo, sino
«ofrecer una información que permita a nuestra sociedad conocer
mejor una problemática como es la que afecta al colectivo de
personas con enfermedades crónicas, a consecuencia de las cuales
sufren una situación de discapacidad que les provoca un rechazo
social», explicó Alenyà.
El subdirector general de l'Obra Social i Cultural insistió en
que las personas afectadas por la enfermedad crónica deben ser
atendidas y tratadas de acuerdo al principio de normalización, cuya
aplicación precisa «la provisión de los medios adecuados y
suficientes que faciliten la integración y la participación en la
vida productiva, social, cultural y de esparcimiento.
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