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«La educación es el arma perfecta para luchar contra la alimentación no saludable y debe tener un carácter preventivo, por lo que el ámbito idóneo en el que se debe impartir es el escolar», expuso la nutricionista por la Universidad de Buenos Aires, Gabriela Nicola, que intervino ayer en el seminario de formación para una alimentación saludable de los menores, inaugurado ayer en Can Tàpera y enfocado a los educadores.

Bajo el título «Alimentación, consumismo, medio ambiente y solidaridad», Gabriela Nicola hizo un repaso de la evolución de la alimentación a lo largo de la historia en paralelo a la del hombre, así como a través de los patrones alimentarios en las distintas sociedades y su relación con el medio ambiente, en el sentido de cómo afecta la contaminación y las catástrofes naturales en la alimentación de las personas.

Nicola expuso como afecta la alimentación de las sociedades de los países desarrollados, en vías de desarrollo y pobres en la aparición de enfermedades y explicó que, en los primeros, las enfermedades prevalentes son las cardiovasculares, por el abuso de grasas saturadas, el sobrepeso y la obesidad, además de otras como la diabetes y la hipertensión. En los países en vías de desarrollo, las enfermedades prevalentes son mixtas, es decir, son del tipo de los países desarrollados, por lo que por un lado hay más sobrepeso y patologías cardiovasculares, pero también del tipo de los países pobres, con desnutrición calóricoproteica.

Por último, según la nutricionista, los países pobres se caracterizan por enfermedades de tipo nutricional, sobre todo, en la población infantil.
También intervino en el seminario Josep Tur, profesor titular de Fisiología de la UIB, con la conferencia «Dieta mediterrànea: beneficis i malentesos», quien explicó en qué consiste este tipo de alimentación y para qué sirve.