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La lectura de unos versos de Kavafis sobre el espíritu del viajero que desea prolongar su viaje aún cuando éste toca a su fin hicieron asomar anoche algunas lágrimas a los ojos de Bartomeu Barceló Pons. Apenas unos minutos antes, la Associació de Geògrafs de les Illes Balears (AGIB) acababa de reconocer sus méritos docentes, científicos y profesionales nombrándole presidente de honor del colectivo. Fue un acto sencillo y emotivo en el que estuvieron presentes numerosos ex alumnos y ex compañeros de fatigas, aunque algunos de los más significativos estuvieran ausentes.

El presidente de la AGIB, Lluís Gómez, leyó el acta en la que se acordó nombrar presidente honorífico a Barceló y Onofre Rullan, geógrafo que ahora desempeña el cargo de director general de Litoral, enumeró sus méritos y su legado, atribuyendo al recién jubilado catedrático de la Universitat de les Illes Balears el papel de principal «difusor del conocimiento geográfico de Balears».

Barceló tomó la palabra para decir sentirse ahogado por la emoción y atribuyó el reconocimiento de sus colegas «más a la amistad que a los méritos». El padre de todos los geógrafos baleares recomendó mantener siempre la actitud de «aprender y enseñar para formar ciudadanos con criterio propio». También tuvo tiempo para una recriminación, que a Lleonard Muntaner se le echara de la UIB sólo por expresar abiertamente su fidelidad a Barceló.

El acto contó con la presencia de sus tres hijos y numerosos ex alumnos, así como tres miembros del Ejecutivo autonómico: Josep Ferrer (Obres Públiques), Celestí Alomar (Turisme) y Margalida Rosselló (Medi Ambient).