La mayor parte de las depuradoras de las Islas controladas por el
Ibasan están en un estado de mantenimiento «deficiente», (el 40'29
por ciento), o «mejorable», (el 43'28 por ciento), debido a la
dejadez del anterior Govern sobre este tema, según aseguró ayer la
consellera de Medi Ambient, Margalida Rosselló, basándose en una
auditoría realizada por la empresa externa «Lloyd's Register».
Estas bajas calificaciones, que afectan a 56 de las 67
depuradoras controladas por la empresa pública, no implican que el
agua tratada con estas instalaciones «estén en mal estado o estén
mal depuradas» sino que el mal mantenimiento provoca, aseguró
Rosselló, «numerosas averías y un deterioro de las infraestructuras
que podrían evitarse si se vigilara un poco más el
mantenimiento».
En este sentido el director general de Recursos Hídrics, Antonio
Rodríguez, aseguró que, en lo que va de año el Ibasan ha tenido que
gastar más de 600 millones de pesetas de su presupuesto para
reparar averías, especialmente en los meses de verano.
Así, la auditoría realizada afirma, entre otras cosas, que
muchas depuradoras carecen de la documentación técnica, que las
operaciones de mantenimiento son genéricas y «no particularizan en
las características propias de cada equipo», que algunas
depuradoras han sido reparadas con recambios con características
diferentes a las que recomienda el fabricante y que los cuadros
eléctricos están en mal estado.
Ante esta situación la consellera del sector acusó al anterior
Govern de «dejadez» y criticó su afán de «construir depuradoras
para salir en las fotos de la inauguración en vez de preocuparse de
mantener las existentes». Rosselló también denunció que a la hora
de firmar una contrata de mantenimiento, el Ejecutivo del PP
«apostaba por criterios economistas, es decir, por la propuesta más
barata en vez de por la calidad» y aseguró que, a partir de ahora,
exigirán mayor calidad en el mantenimiento.
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