Dos de los arquitectos con más prestigio de los que formaban parte
del jurado del concurso de ideas para el recinto ferial de Balears,
Jaume Carbonero y Federico Climent, defendieron ayer la «valentía y
racionalidad» del proyecto que resultó ganador, «Cecilia Ann»,
porque, aseguraron, aporta soluciones imaginativas a los requisitos
del concurso.
Tanto Carbonero, director general de Habitatge del Govern
balear, como Climent, profesional designado por el Colegio de
Arquitectos, remarcaron que la decisión del jurado había sido
acordada «por unanimidad», (con la única abstención del
representante de la Conselleria d'Economia, Comerç i Indústria) y
que esa circunstancia, «dice mucho de la calidad del proyecto».
El director general de Habitatge aseguró que considera
beneficioso que se haya abierto un debate sobre las diez plantas
que, en un principio, iban a tener los edificios anexos de
aparcamientos y oficinas para la Administración autonómica,
«siempre, eso sí, que el debate esté fundamentado y no nos quedemos
en lo anecdótico y superficial».
Carbonero reiteró que el proyecto resuelve las «posibles pegas
que puedan surgir en vez de plantear algunas nuevas» y se refirió,
en este sentido, a la capacidad de aparcamientos que ofrece la
estructura propuesta. «Sería más fácil hacer una zona de
estacionamientos más discreta y 'expulsar' hacia el barrio el
excedente de coches que se acumulan en las ferias importantes.
Quizás los que han criticado la propuesta prefieran ver los coches
aparcados sobre las aceras o en doble fila», aseguró.
Climent remarcó que si Sampol quiere modificar la altura de los
edificios para reducir su impacto ambiental «hay diferentes
alternativas», pero recordó que los mismos que califican ahora la
obra de «mastodóntica» se quejarán después de la falta de espacio
para aparcar cuando se celebre un certamen importante.
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