El Govern tendrá este año un excedente de cuatro millones de metros
cúbicos de agua desalada, según los datos facilitados a la Comisión
de la Sequía por el director general de Recursos Hídrics de la
Conselleria de Medi Ambient, Antoni Rodríguez Perea. Este excedente
lo producen tanto la planta desaladora de la bahía de Palma como
las desaladoras modulares instaladas el verano pasado por el
Ejecutivo balear debido a la crítica situación en la que se
encontraban las reservas de agua de Mallorca.
Sin embargo, pese a que este año no hay carestía de agua, el
excedente también amenaza con provocar una nueva guerra entre
instituciones dado que el Ejecutivo balear considera que el
Ajuntament de Palma debería adquirir el excedente para suministrar
estos cuatro millones de metros cúbicos a la red y, de esta forma,
dejar descansar los acuíferos.
Sin embargo, según Rodríguez Perea, los representantes de la
empresa EMAYA aseguraron en la última reunión de la comisión que no
estaban dispuestos a adquirir más agua de la inicialmente pactada
ya que el agua desalada es más cara que la que está embalsada o la
que ya hay en los acuíferos. De esta forma, según Perea, los
técnicos de EMAYA aseguraron que comprar más agua desalada tendría
consecuencias negativas en la cuenta de resultados de la empresa de
aguas y alcantarillado.
El director general de Recursos Hídrics explicó que el Govern
había presentado en la reunión de la Comisión de la Sequía las
simulaciones de consumo hechas este año por la Direcció General.
Según los técnicos de la Conselleria, el Govern está en condiciones
de producir este año 26 millones de metros cúbicos de agua
desalada, una vez se ponga en funcionamiento, en mayo o junio, la
ampliación de la planta desaladora de Palma con dos nuevas
líneas.
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