El «mega fraude» fiscal de 20.000 millones de pesetas descubierto
en una sola operación por la Agencia Tributaria acaparó ayer la
atención de los expertos, que no dieron crédito a la elevada
cuantía del dinero aflorado en una actuación. Algunos, incluso,
fueron más allá y elucubraron con la posibilidad de que se trate de
«un gazapo» o manifiesto error en la correlación de ceros, algo que
haya escapado al control de los funcionarios de Hacienda y que
indujera al error al director general de la Agencia Tributaria,
Ignacio Ruiz-Jarabo, que se desplazó a Palma para presentar al
nuevo delegado especial, Ignacio Fernández Alegría, y los datos.
El elevadísimo fraude fiscal (es delito a partir de los 15
millones de pesetas) fue analizado por varios expertos consultados
por este diario. Algunos descartaron de pleno que el dinero
irregular haya aflorado en el concepto de Impuesto a la Renta en
las Personas Físicas (IRPF), dada su descomunal volumen; otros, lo
analizaron con respecto al IVA, y esos 20.000 millones
corresponderían al 16 por ciento del total de lo ocultado al fisco,
lo que constituiría otra posibilidad «muy improbable».
Por último, en caso de que se tratara de una ocultación de
dinero en el impuesto de sociedades sería aún peor, ya que los
20.000 millones corresponderían al 35 por ciento del total de la
operación, es decir más de 60.000 millones de pesetas. «Si esto
fuese así, equivaldría, por ejemplo, a la venta de activos muy
importantes, pero nadie realiza operaciones de ese calado con la
pretensión de ocultarlo al fisco, que tiene mecanismos muy rígidos
de control», señaló el experto. También, hubo dudas bajo qué
concepto se produjo el cálculo de los 20.000 millones de pesetas,
porque si esa cantidad está conceptuada como base imponible de
impuesto de sociedades, entonces derivaría el pago de unos 6.000
millones en multas a Hacienda, «algo posible», mientras que si se
trata de cuota defraudada, la operación hubiese tenido que sumar
muchos ceros a la derecha, algo muy difícil de que ocurra en la
Islas.
Según los datos de Hacienda, el fraude fiscal descubierto en
Balears en 2000 ascendió a casi 50.000 millones (el 40% lo aportan
esos 20.000 millones), lo que equivaldría a un tercio del
presupuesto de la Comunitat Autònoma, que asciende a unos 160.000
millones. Son cifras astronómicas, que muy pocas empresas de las
Islas pueden generar.
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