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«El proceso del turismo consistiría en estudiar el transcurrir del turismo, el camino que ha realizado con datos y estadística, etc. Nosotros estudiamos aquí, sin estadística ni datos, las vertientes de la incidencia humana y social. Los tres grandes hechos que provocaron y afectaron al turismo: ni la inmigración, ni la marginación ni el medio ambiente serían lo que han sido. Esta mirada, más profunda y humana, abre la puerta al proceso del turismo», señala Bartomeu Bennàsar en su libro «Proceso al Turismo», editado por Lleonard Muntaner con la colaboración de la Obra Cultural y Social de Sa Nostra. Realizan la presentación del libro el economista Miquel Alenyà, el abogado Carmel Bonnín, el ingeniero Miguel A. Llauger y el escritor Jaume Santandreu. ¿Es posible una mirada retrospectiva de la actividad turística desde una visión humanista, alejada de cifras de ocupación, número de pasajeros, gasto en la oferta complementaria y cualquier otro elemento tan característico en esta actividad?.

Según el autor del libro, «el turismo ha traído a Balears riqueza material, eso es evidente y nadie lo puede negar. Y con ella han podido venir otros bienes. Pero también un turismo de masas, de algún modo 'desarreglado' si un norte suficientemente interesante, también nos ha traído algunos peligros, y esto es lo que ahora tenemos». Bennàsar, diplomado en Metodología de la penetración social, licenciado en Teología y doctor en Teología Moral por diversas universidades de Roma, admite que el turismo de masas que ha llegado a Balears «no ha sido de grandes valores», y que «se desprecia por lo que pueda ser de personas, que también tiene su derecho a viajar».

«Normalmente», asegura, «con el turismo de masas nos ha venido, quizás, una cantidad de gente que con dificultad ha podido absorber una Mallorca, digamos, limitada y en el fondo (ese turismo masificado) nos ha ido también maltratando un paisaje, un medio ambiente muy difícil de recuperar». El autor del libro lanza un mensaje diáfano y claro en las 497 páginas de su obra: «Balears debe rechazar el turismo de masas y tender a un hipo turismo en detrimento de uno hiper». «Mi pronóstico del futuro del turismo en Balears puede ser uno, y el deseo otro», afirma. «El deseo, desde mi punto de vista, sería un hipoturismo, no uno hiper, es decir, no más turísmo masificado, sino que tendiera a un punto cero, o incluso, a una disminución que esto podría ayudarnos a absorberlo, integrarlo mejor». En ese mismo contexto, señala el autor, que esa inmigración «que pueda venir por el turismo sea dinámicamente integrada».