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La escena tradicional de un domingo cualquiera de verano muestra a una familia en la playa, disfrutando del sol y del mar entre tumbonas, velomares y chiringuitos. Es la forma más común que emplean los mallorquines para pasar este día de la semana. Sin embargo, a pesar de que sea un hecho poco conocido para la mayor parte de la gente, Mallorca pone a disposición de sus residentes una amplia oferta de actividades para disfrutar de nuevas experiencias.

Primera alternativa: aquellos entusiastas de la naturaleza y del medio ambiente tienen la oportunidad de participar en excursiones que organizan agencias especializadas. En un marco natural, alejado de aglomeraciones y ruidos, se ofrece al cliente la posibilidad de realizar en cualquier lugar de la isla trayectos caminando, en bicicleta de montaña o en kayak (una modalidad de piragüismo). Este tipo de excursiones suelen durar gran parte del día (de 9.00h a 18.00h, aproximadamente) e implican un gasto por persona entre las 4.500 y las 7.000 pesetas.

Quienes deseen practicar deporte, pero en la ciudad, pueden acudir a las distintas instalaciones municipales de Palma, que abren sus puertas también en domingo de 8.00h a 14.30h. Nadar en las piscinas de Son Hugo (abiertas durante los meses de agosto y septiembre) o jugar a tenis y fútbol son dos de las actividades que ofrece el servicio de deportes municipal. Pero habrá gente que quiera disfrutar de su día de descanso de forma más pausada. En este caso, existen varias posibilidades para realizar un itinerario de tipo cultural. Así, los responsables del parque nacional marítimo terrestre de Cabrera ofrecen un servicio gratuito de guías. Entre los puntos de interés, destacan la visita al museo de la isla, en que se repasa su historia y su hábitat, y una aproximación elemental al mundo del submarinismo.