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Las especialidades típicas mallorquinas obtuvieron una amplia repercusión a través de las I Jornadas Gastronómicas celebradas días pasados en el restaurante El Patio del prestigioso hotel Santa Catalina de Las Palmas de Gran Canaria. Como único invitado participó el Castillo Hotel Son Vida, a través de su equipo de cocina con su chef, Jaime Durán, al frente, que contó con la gran colaboración del chef del hotel anfitrión, Miguel A. Moreno Bermejo, y el maître Armando Marrero. La directiva de hotel Santa Catalina, que encabezan el director Pablo Barbero y el subdirector, Francisco Acosta, dedicaron una espléndida acogida a la expedición mallorquina procurándoles una estancia muy agradable.

La carta de la semana gastronómica de Mallorca estuvo compuesta por un menú degustación y una carta que reunió 22 platos y 6 postres. El primero aunó, aunque con toque muy personal del chef, algunos de los más típicos platos de la gastronomía mallorquina como son fava parada, calamar relleno con pasas y piñones, paletilla de cordero rellena de matanza y melocotones fritos con hierbas mallorquinas. Los platos de la carta se mostraron tal como fueron concebidos en sus orígenes, sin cambios ni florituras propias de la nueva cocina que los hubieran adulterado, y así Jaime Durán recreó en los fogones de El Patio platos tan típicos como el trempó con bonito a la plancha y all i oli, pancuit, sopas mallorquinas, berenjenas rellenas, y arròs brut de matances, entre los entrantes y sopas.

En el apartado de pescados no faltó la caldereta de bogavante, el mero a la mallorquina, el tumbet, la dorada con salsa de almendras y serviola a la parrilla. Las carnes estuvieron representadas en el frit, escaldums, pilotes y los postres con el helado de almendras, gató con helado, greixonera de brossat, y flan de naranaja. Para arropar tan suculentos manjares no olvidó el equipo del Castillo Hotel Son Vida llevarse las ensaimadas, el aceite de oliva, las hierbas mallorquinas y los vinos blancos Blanc de blancs y Viña Veritas; los tintos crianza José Luis Ferrer y Jaume de Puntiró, y el reserva 1997 de José L. Ferrer.