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El ministro de Defensa alemán, Rudolf Scharping, reiteró ayer, en declaraciones a la Segunda Televisión Alemana (ZDF), que seguirá en su cargo pese a las peticiones de dimisión suscitadas por sus continuos vuelos de ida y regreso a Mallorca para reunirse con su prometida, Kristina Pilati. «Sí, por supuesto», respondió Scharping a una pregunta al respecto formulada por el reportero del programa de televisión «Berlin Direkt».

«Me parece sorprendente que se me acuse por haber interrumpido mis vacaciones varias veces y por cumplir con mi trabajo al cien por ciento», dijo Scharping. «Además, en vacaciones no estoy permanentemente en la playa sino que tengo contacto constante con mi ministerio», agregó.

Las críticas a Scharping y a sus amores con la condesa Pilati surgieron con una serie de fotografías, tomadas en Mallorca por fotógrafos invitados especialmente por el ministro, aparecidas en la revista «Bunte» y en las que se veía a Scharping haciéndole carantoñas a su novia en una piscina.

Esas fotos le valieron al ministro las acusaciones de estar practicando el exhibicionismo con su vida privada y de haber perdido el sentido de la discreción. La dos fotos más divulgadas mostraban a Scharping y a la condesa en la piscina, la primera con los rostros muy cerca y la segunda ya besándose. El hecho de que las fotos aparecieran justo en el momento en que el Consejo de Ministros iba a decidir la participación alemana en la misión de la OTAN en Macedonia, dio nuevos motivos de crítica.